Tuve la fortuna de poder conversar con Eduardo Chaktoura sobre el último capítulo de mi libro, en mi casa, a diez días de su inesperada y triste partida. Traigo a colación esta historia porque me dejó varias enseñanzas que quisiera compartir con vos.
El entusiasmo que tenía por el lanzamiento inminente de su libro “Inteligencia Espiritual”, hizo que lo recibiera y abriera las puertas de mi casa para que realizara una presentación previa frente a treinta amigas. Nos deleitó con su carisma y enfáticas aseveraciones sobre atrevernos a vivir la vida que queremos. Que era posible. Que solo requería de nuestro compromiso a desarrollar nuestra propia inteligencia espiritual, que es precisamente la capacidad de conocernos verdaderamente a nosotros mismos, de trazar la dirección de nuestra vida y saber atravesar las circunstancias que nos tocaran. Que saldríamos fortalecidas y que lo mejor de todo es que la oportunidad para el cambio depende de nuestra voluntad y actitud con la que nos dispongamos a vivir. Quienes mas entrenen su creatividad, flexibilidad y perseverancia, más probabilidades tendrán de acumular riqueza espiritual.
Sin saberlo, ese encuentro fue el empujón final que necesitaba para darle forma en mi cabeza al último capítulo de este libro. Pues si bien sabía que trataría sobre la cadena de favores, el honrar la vida, y el liderazgo trascendental y sustentable, había algo más, y no encontraba la manera de unirlo.
En el cafecito final que nos tomamos juntos cuando todas se fueron, le comenté sobre mi libro, de qué trataba y el desafío que tenía por delante para englobar todo lo que daba vueltas en mi mente y en mi alma.
Que no solo era HACER, sino SER; y no solo con PASIÓN, sino también con COM-PASION. Que no solo era EMPODERAR, sino EMPODERARTE. Que no solo se trata de CONOCER, sino de CONOCERTE, adentrarte, sumergirte en un trabajo de introspección. Que el ENTUSIASMO no era porque sí, sino por la VIDA, por DEVOLVER A LA VIDA y HONRARLA.
Que todos tenemos en común que queremos ser FELICES, que la felicidad nace de la GRATITUD, que todos podemos encontrar nuestro MÉTODO para vivir en gratitud. Que esto es el ÉXITO, la felicidad y la armonía que logramos en todos los aspectos de nuestra vida… Una vida llena de SENTIDO, de SIGNIFICADO, de TRASCENDENCIA de tus acciones, del legado que dejás en el mundo… Y que se trata de desarrollar tu LIDERAZGO ESPIRITUAL, tu INTELIGENCIA ESPIRITUAL…
Le dije que el título de su libro me parecía maravilloso…
Me escuchó atentamente, intercambiamos ideas y nos entusiasmamos mutuamente. Me alentó a seguir con la tarea y me dijo que me ayudaría incluso a publicarlo… Eso no pudo pasar… Aunque quizá sí, desde donde esté… nunca lo sabremos.
Su libro llegó finalmente a mis manos por casualidad -aunque hace rato no creo en las casualidades sino en las causalidades, y más aun en las sincronicidades. Me lo devoré en un día. Y cuando seguía compungida rememorando nuestra conversación de apenas seis meses atrás, con sus gestos y su voz, me dí cuenta de que ese día era su cumpleaños. Se me erizó la piel. Mi humilde homenaje es alentarlas a leer su obra maestra.
Como él mismo escribió en su epílogo “no sé qué ocurrirá a partir de ahora, pero tengo la sensación de haber cumplido un objetivo… Me entrego a lo que vendrá. Puedo imaginar muchas cosas que podrían ocurrir a partir de este momento, pero intento detener mi mente y volver a estar plenamente presente aquí y ahora en estas ultimas líneas. Es el final de un nuevo comienzo”.
Nuestro gran desafío, o por lo menos el mío, ahora es integrar el liderazgo transformador y el liderazgo espiritual…Manifestar una existencia con propósito evolutivo…
Gabriel Avruj en su pequeño pero poderoso y contundente libro llamado “Liderazgo Espiritual” describe este concepto de la siguiente manera: “Liderazgo espiritual es hacer que la vida tenga sentido. Es recordar el motivo trascendente por el que estamos aquí y fluir con esa energía transformadora. Es plantarse ante el mundo y gritar: ¡Yo voy primero!… convertirnos en líderes de nuestras propias vidas. Al hacerlo, podemos inspirar a otros a que también lo hagan”. Y agrega: “La clave es convertirse en líder de uno mismo. Estar enfocados en la visión en la que nos gustaría vivir y actuar coherentemente con ella. Solo así lograremos ayudar eficientemente a otros (…) Muchas veces, para creer que esto es posible, necesitamos vernos reflejados en las experiencias de otros. Podemos inspirarnos y pensar: si tú puedes, quizá yo también pueda. Tú me das esperanza”. Y remata: “El liderazgo es espiritualidad en acción. Adquirir la oportunidad de ser un modelo para otros acarrea gran responsabilidad, pero es el mayor servicio que podemos brindar…. Un líder no es quien tiene más seguidores, sino quien es capaz de formar más líderes…”.
¿Cuántas veces te habrás preguntado, o habrás escuchado la pregunta como al viento: Líder se nace o se hace? Ambos. El líder NACE y SE HACE, se va haciendo, se va desarrollando, se va construyendo…
Todas somos líderes, tenemos que buscar en nuestro interior, desarrollar nuestros talentos, llevarlos a la máxima potencia, autorizarnos y desplegar nuestros dones para aportar y contribuir con nuestra única e invalorable gota de agua al mar, pues sin ella, el mar tendría una gota menos, tal como dijo la madre Teresa de Calcuta.
Fuente: EXTRACTO DEL LIBRO DIARIO DE UNA MUJER VITAL por Maria Gabriela Hoch